Pues mira, no. Hay que tener bien claro que realizar un hallazgo casual no nos convierte en propietarios de nada. Y es que según la ley del Patrimonio Histórico Español, son bienes de dominio público todos los objetos y restos materiales que posean los valores que son propios del Patrimonio Histórico Español y sean descubiertos como consecuencia de excavaciones, remociones de tierra u obras de cualquier índole o por azar. Pero más allá de esto, se trata de una cuestión de civismo y sentido común. Si encontramos un objeto arqueológico subacuático bajo el agua y lo sacamos, van a pasar dos cosas. La primera es que se va a degradar rápidamente de forma irreversible si no es tratado por un profesional de la restauración, especialista en arqueología subacuática. Y en segundo lugar, lo vamos a sacar de contexto, lo que implica que va a perder la mayor parte de su valor científico. Y es que un objeto arqueológico no es importante por sí mismo. Su valor está vinculado al contexto (el yacimiento arqueológico) del que forma parte y que es el nos cuenta un relato de un evento o momento concreto de la historia de un lugar.

En líneas generales, el patrimonio cultural marítimo, al igual que el terrestre, es competencia de cada Comunidad Autónoma. En el caso particular de las islas Baleares, será competencia de cada Consell Insular.

Según la ley del Patrimonio Histórico Español, se considera un hallazgo casual al descubrimiento de objetos y restos materiales que, poseyendo los valores que son propios del patrimonio histórico español, se haya producido por azar o como consecuencia de cualquier otro tipo de remociones de tierra, demoliciones u obras de cualquier índole. Además, ten en cuenta que, por ley, estos hallazgos deben ser comunicados en 48h a la administración competente. Para realizar prospecciones y/o excavaciones arqueológicas, debe solicitarse un permiso específico a la administración competente por parte de un/a arqueólogo/a especialista en arqueología subacuática.

Hoy en día, para ser arqueólogo/a subacuático, el único camino posible es el de cursar los estudios que te acrediten como tal. Esto es, un grado en Historia o Arqueología y, posteriormente, un máster especializado en Arqueología Subacuática. Sin embargo, hay otros perfiles profesionales que pueden ser muy útiles e incluso esenciales en una intervención de arqueología subacuática. La figura del restaurador/a es esencial y siempre debería estar incluida en un proyecto de arqueología subacuática. Hay otras habilidades como la fotografía o topografía que pueden ser de gran ayuda, por ello, si crees que cuentas con un perfil profesional adecuado, no dejes de ponerte en contacto con los responsables de los proyectos.

Una vez rellenes y envíes el formulario, éste le llegará a los técnicos encargados de gestionar el patrimonio cultural dentro de la comunidad autónoma o isla donde lo hayas encontrado, y pondrán en marcha los mecanismos necesarios para proceder a su estudio y protección.